Castillo de Mazuelo de Muñó: la derrota de las piedras

El castillo de Mazuelo de Muñó fue mandado construir a mediados del
siglo XIV por el merino mayor de Burgos, el poderoso señor don Pedro
Carrillo de Toledo, quien levantó una torre del homenaje que es abrazada
en tres lados por una barbacana.

Señora del aire y de la altura, la fortaleza se yergue sobre un altozano que domina un valle abierto al Arlanzón.

A pesar de tanta gallardía, la torre de Mazuelo se halla herida de
muerte, pues una grieta vertical amenaza con resquebrajar uno de sus
lados. En un desgarrón causado por la incuria y la intemperie, capaz de
derribar un bastión que ha resistido durante varios siglos el mordisco
del tiempo.

De su antigua soberbia y altivez, ¿qué quedará tras el olvido?

¿Quién rescatará la imagen de la doncella temblorosa que se asomaba
al ajimez de la ventana para otear en la distancia la llegada de su
juglar querido?

Con sus calladas garras de terciopelo, cae la tarde sobre las últimas cenizas del prodigio.