El resultado de un texto dice mucho de quien lo genera. Cualquier presentación escrita debería estar libre de erratas, incongruencias, errores ortográficos, léxicos y semánticos.

Pero la realidad nos muestra que con harta frecuencia la corrección de textos se deja exclusivamente en manos de los autores, que, por conocer demasiado bien su escrito, no suelen ser los mejores correctores. Si una corrección de autor es ineludible, saltarse la del profesional es temerario.

¿Cuáles son los motivos por los que alguien obviaría la corrección de sus textos? Quizás por desconocimiento o por desconfianza. En cualquiera de los casos, es importante entender qué es la corrección de textos y por qué es conveniente.

La corrección, sobre todo, pretende intervenir en el texto para solucionar las incorrecciones que se presenten, buscar una normalización en el escrito, prestar atención a los usos diacríticos y ortográficos y establecer una unificación en las normas que rijan el texto, conforme a lo propuesto inicialmente por el autor.

Es fundamental distinguir que existen dos tipos diferenciados de corrección de textos: ortotipográfica y de estilo. Y que deben realizarse de manera independiente para lograr un resultado óptimo.

La corrección ortotipográfica es la intervención que se lleva a cabo en un texto con el objetivo de eliminar las erratas y las incoherencias tipográficas y mantener la uniformidad del escrito conforme a unas reglas previamente fijadas con el autor.

En esta corrección tendremos en cuenta la grafía y aplicación de las variantes de letra (redonda, cursiva, negrita, versalita, etc.), la puntuación de todos los elementos textuales y extratextuales, signos, citas, textos a pie de página, etc., los blancos incorrectos y los espaciados, la separación de palabras a final de línea o en títulos… en definitiva, cualquier aspecto ortográfico y tipográfico relevante.

La corrección de estilo (que es aconsejable hacer antes que la ortotipográfica) tiene un enfoque distinto: se debe realizar una revisión literaria prestando atención al léxico, sintaxis, gramática, ortografía, coherencia argumental, expresividad y cualquier aspecto que pueda condicionar el texto.

En la corrección de estilo Oportet procura plantearse si el texto transmite lo que pretende inicialmente el autor de forma precisa. Pero hay que tener en cuenta que debe hacerse sin «apoderarse» del original, esto es, actuar con cautela, ser sensato y prudente.

La preparación de originales se ha perdido, y así los textos sufren de desamparo.

«El papel no rechaza la tinta», dice un proverbio francés, et c’est le cas de le dire.

Le garantizamos la corrección de textos necesaria para que su escrito sea correcto.