Crepúsculo de rosas y vino
No es preciso desplazarse a Huelva para gozar del milagro de la luz. O mejor, de la agonía de la luz. De esos crepúsculos lentos y litúrgicos que deslumbraban a Juan Ramón Jiménez cuando los contemplaba desde las terrazas de Moguer. De esas puestas de sol que le hacen decir al poeta Pablo García Baena …