Pensaba algo muy curioso mientras ojeaba el Cuando éramos honrados mercenarios, que aglutina los artículos de Pérez Reverte desde 2005.
Qué interesante me parece asomarme a la opinión de alguien tan cualificado años después y tomando a tu favor la perspectiva del tiempo.
Sólo han pasado cuatro años de algunos artículos que ya anticipaban algunas de las miserias de hoy. Qué curioso.
También te sirven este tipo de artículos para volver a calibrar la precisión cirujana del tiempo para plasmar su verdad. La de verdad.
Los análisis de entonces dan más valor a quien los hizo con esa especial habilidad que tienen algunos.
Imagino que dentro de unos años podré obtener la perspectiva correcta para entender el porqué de la fantasmal realidad de hoy. Esa que no te deja pensar demasiado en el mañana, aunque sepas que te espera en la puerta de casa.
Jorge Guillén – Pasa el tiempo
Pasa el tiempo y suspiro porque paso,
aunque yo quede en mí, que sabe y cuenta,
y no con el reloj, su marcha lenta
nunca es la mía bajo el cielo raso.
Calculo, sé, suspiro, no soy caso
de excepción y a esta altura, los setenta,
mi afán del día no se desalienta,
a pesar de ser frágil lo que amaso.
Ay, Dios mío, me sé mortal de veras.
Pero mortalidad no es el instante
que al fin me privará de mi corriente.
Estas horas no son las postrimeras,
y mientras haya vida por delante,
serás mis sucesiones de viviente.