Mallorca

Revenons à nos moutons, volvamos a nuestras cosas, o «de mi corazón a mis asuntos», por honrarnos con el verso elegíaco de Miguel Hernández cantado por Serrat. Estábamos hablando de la «mondarina» y otras ultracorrecciones cuando se nos cruzaron en el camino las naranjas y los albaricoques con sus accidentados periplos. ‘Mondarina’ no prosperó en el lenguaje académico, pero Mallorca sí.

Porque Mallorca, como Menorca, son dos palabras estrictamente latinas, casi sin evolución. Plinio habla de insula Maiorica (isla mayor) por oposición a insula Minorica (isla menor). Tanto maior como minor han dado en español «mayor» y «menor», respectivamente. No había, pues, ninguna razón para que Maiorica no diese ‘Mayorca’, como Minorica había dado ‘Menorca’.

Todavía en 1832 Quintana escribía Mayorca en la vida de Don Álvaro de Luna. Pero con los problemas fonéticos que, salvo los cuatro rudos castellanos que quedamos, todo el mundo ha tenido con la «elle», más las consiguientes confusiones ortográficas, algún bienintencionado supuso que Mayorca era una ortografía errónea, cuando era la verdadera. Y sustituyó la y por la ll. El uso, es decir, el abuso hizo el resto.

Y es que ya dijimos que hasta corrigiendo es posible «pasarse», y no siempre es el habla popular la equivocada. Lo veremos el próximo día.

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2 comentarios en «Mallorca»

  1. El origen de la «aberración» ortográfica (y de pronunciación, entre los no yeístas) «Mallorca», cuando lo etimológicamente correcto claramente era «Mayorca», no está realmente en una confusión ortográfica entre los hablantes yeístas castellanos, sino en una curiosa hipercorrección surgida entre ciertos catalanoparlantes.

    Particularmente, en el hecho de que el catalán de Barcelona era (y sigue siendo) fuertemente anti-yeísta (pues tal fenómeno de pérdida del fonema elle permanece altamente estigmatizado en el habla culta y burguesa catalana, muy a diferencia de la situación actual en el castellano). Mientras que el habla mallorquina (y la balear en general) posee una cierta fama (o sambenito) debida a su modo dialectal de pronunciación, en que figura un cierto tipo de yeísmo (conocido como «yodización» o «yeísmo histórico/etimológico»; el cual afecta a sólo un subconjunto de las elles en catalán, y no a todas, a diferencia del yeísmo en castellano).

    Es decir, que cuando la elitista burguesía catalana de Barcelona escuchaba a los «provincianos» mallorquines referirse a su isla como «Maiorca», a la vez que los escuchaban pronunciar, dialectalmente con yodización, palabras como «paia» (por «palla») o «fuia» (por «fulla»), acabaron asumiendo (quizá adrede, como forma de esnobismo o incluso de burla) que la palabra «Maiorca» era una «mala» pronunciación dialectal, yodizada, de una supuesta forma original «Mallorca» (la cual, en realidad, es una bárbara hipercorrección anti-etimológica).

    Desde el catalán de la burguesía barcelonesa se traspasó entonces, de forma natural, tal hipercorrección al castellano hablado por esta misma élite. Y de ahí luego (quizá por ese mismo «contagio» por el cual toda la gente «pija» del país acaba usando un mismo tipo de expresiones y manerismos verbales, forma conspicua de señalización de su pertenencia a dicho estrato social privilegiado) se extendió al resto del habla culta a lo largo y ancho de España. Hasta erigirse en la forma adoptada como estándar en ambas lenguas (e igualmente en el gallego y en el vascuence).

    Aunque al final, irónicamente, el pujante yeísmo castellano se ha encargado de retornarla a su forma original y etimológicamente correcta de «Mayorca». Aunque sólo en la pronunciación yeísta; que no en la ortografía, donde por el motivo que sea sigue considerándose aceptable sólo la forma ultracorrecta con elle.

    Al contrario que en inglés, francés, italiano o portugués, donde se han mantenido la grafía y pronunciación tradicionales («Majorca»/«Majorque»/«Maiorca»). Mientras que el alemán, por su parte, parece haber sido «contaminado» por la ultracorrección ortográfica catalano-castellana (probablemente como resultado de la cuasi-invasiva presencia de alemanes en dicha isla).

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