Que hablen de mí, aunque sea mal reza el dicho, e incluso Don Quijote ilustraba a su fiel escudero Sancho sobre la fama conseguida de cualquier manera. Pero a veces la fama es justa y merecida y la crítica premia a los buenos autores que saben utilizar el lenguaje con pureza y virtuosismo designando sus nombres y sus obras merecedoras de optar a un premio: el Premio de la Crítica de Castilla y León.
Emilio Pascual (Tejares, Segovia, 1948) ha obtenido ese privilegio con su novela de ficción histórica El número de la Bella. Gracias a la exquisitez de una historia que cabalga a través de la Edad Media y toma al Beato de Liébana como fondo para enmarcar una historia de intrigas y descubrimientos entre personajes que se mueven en el mundo eclesiástico propio de la época, Emilio Pascual ha vuelto a alcanzar altas cotas de genialidad con una prosa riquísima para el lector aventajado.
Con estas características a nadie ha de extrañarle que sea finalista de un premio como el mentado, desde aquí mostramos nuestro deseo de que la crítica le corresponda más allá.