Dijo Borges sobre Quevedo: «Nadie como él ha recorrido el imperio de la lengua española y con igual decoro ha parado en sus chozas y en sus alcázares». Eso es lo que vamos a intentar: detenernos en las chozas y en los alcázares de nuestra lengua para que algunas dudas léxicas, ortográficas y gramaticales, de expresiones latinas o de extranjerismos… desaparezcan y podamos seguir manteniendo la esencia de un bien incalculable: nuestro idioma.
La idea de Oportet Editores es dejar constancia de los típicos errores (muchos de ellos ya extendidos) que se cometen hoy en día en el lenguaje oral y en el escrito. Es decir, ejemplos concretos.
Hoy hablamos de varias expresiones latinas:
Grosso modo: aproximadamente; a grandes rasgos; más o menos. No debe anteponerse nunca la preposición a.
O tempora!, O mores!: ¡Oh tiempos!, ¡oh costumbres! Con esta expresión, Cicerón se quejaba de algunas costumbres perniciosas de su época.
Ad libitum: a voluntad; a elección; con libertad.
Desideratum: aspiración, deseo que todavía no se ha cumplido. El plural, desiderata, significa, además, la relación de objetos que se echan de menos o cuya adquisición se propone.
Motu proprio: Por voluntad propia, por impulso propio. Es incorrecto decir de motu propio y motu propio.
Dominus vobiscum: El Señor esté con vosotros.
In absentia: en ausencia. Cuando un tribunal juzga a alguien in absentia, se dice que se le juzga en rebeldía.
In saecula saeculorum: por los siglos de los siglos. Se suele emplear de manera figurada para indicar un tiempo lejano.
Tu quoque, fili mi!: ¡Tú también, hijo mío! Son las palabras que Julio César dijo cuando vio que Bruto iba a matarlo.
Ad hoc: apropiado; adecuado; lo que se dice o se hace para un fin determinado.