En pelota(s) - Oportet Editores

En pelota(s)

2 marzo, 2012

Una curiosa ultracorrección, esta del plural de la pelota. En su origen siempre fue singular, derivada de en pellote. La significación de pellote (del latín pellis, ‘piel’) parece bastante extensa, y va desde un camisón hasta una ropa talar, pasando por una especie de bata o prenda de abrigo, como el pellote de Trotaconventos en el Arcipreste: «… mas yo de vos non tengo sinon este pellote» (815d). En el Quijote aparece cuatro veces. Y «en pelota» lo mismo vemos a Rocinante, cuando se queda sin silla, que a Sancho, a quien los galeotes «le quitaron el gabán, dejándole en pelota»; «en pelota» se queda don Quijote cuando le echa a Sancho «su ferreruelo sobre las espaldas» para que no se resfríe tras el fingido vapuleo; y, en fin, «en pelota» Ricote y sus amigos cuando se quitan las esclavinas para comer más cómodos. En pelota, pues, podía oscilar desde la ropa interior al puro cuero, como se ve todavía en una de las escenas matritenses de Mesonero Romanos: «… y ya me ven a mí, el padre de ellas, desnudo y en pelota, como mi madre me parió» (Las sillas del Prado).

Olvidado el origen de pellote, alguien pensó en una errata, tal vez en un eufemismo. Y añadió una ese a la solitaria pelota, ya con significado y origen nuevo (de donde derivó hacia las bolas). Lo curioso es que, debido a esa contaminación esférica, se juega del vocablo (equivocadamente) y se dice que las mujeres no pueden quedarse en pelota(s). Como no diría Hamlet, «¡oh ignorancia, tienes nombre de varón!».