Para ese sector que no acaba de entender la pasión que puede llegar a sentirse por un deporte, la alegría desbordada por un juego, el alma en vilo por una derrota, la inapetencia que procura el fracaso y la completa identificación por un equipo, que sepan que puede haber remedio.
Basta con leer alguno de los Cuentos de fútbol de Roberto «El negro» Fontanarrosa para darse cuenta de que si este sentimiento está tan extendido, une a naciones y es de esos pocos asuntos que logran movilizar a las masas, es porque el fútbol es algo grande: el gran espectáculo, el gran fenómeno, el gran sueño.
Y este cuento titulado 19 de diciembre de 1971, es tan brillante que logra el más difícil todavía: transmitir a aquel que no alcanza, en qué consiste el amor al fútbol.