Arrabal estrena (en) Oportet

Hoy hace 397 años que murió Cervantes, y en julio hará cuatro siglos que publicó las Novelas ejemplares. Por esos azares del destino, el día de Cervantes —que es «luz y farol, sendero, norte y guía» de Oportet— ha coincidido con el estreno editorial de Oportet Editores, que lo hace editando Dalí versus Picasso, la última obra de Fernando Arrabal. También así Arrabal estrena de algún modo en Oportet.

La edición de Dalí versus Picasso ha corrido a cargo de Pollux Hernúñez, de quien Oportet publicó otro artículo en este mismo blog. Pero Pollux tiene especial vinculación con Arrabal, porque cuarenta y cinco años atrás, cuando fundó en Salamanca el «Grupo de Cámara y Ensayo 3-2-1» y su amistad con Arrabal quizá solo era un sueño, uno de sus primeros montajes fue precisamente El triciclo, que, si muy aplaudido en Ciudad Rodrigo, resultó escandaloso para Béjar.

Pollux Hernúñez ha fijado el texto del manuscrito y ha escrito presentación y textos de solapas. Dalí versus Picasso se presentará pasado mañana, jueves 25, a las 19:30, en la Librería Lé de Madrid, Castellana, 154. Recogemos aquí en primicia todos los paratextos que acompañan a la edición.

Presentación

Arrabal quedará como uno de los grandes dramaturgos del siglo xx. Desde sus inolvidables clásicos Picnic (1952), El triciclo (1953) o Fando y Lis (1958), pasando por sus fundamentales El arquitecto y el emperador de Asiria (1967), La torre de Babel (1978), o La travesía del imperio (1984), hasta la emocionante Carta de amor (1999), el inclasificable parisino español ha tocado todas las cuerdas del teatro en un centenar largo de textos en los que el drama de la vida y la muerte, la violencia, la subversión, la crueldad, la inocencia, el erotismo, el juego, la poesía —pero no el absurdo—, han encontrado una luz nueva e innovadora, barroca e inconfundible.

Paradigma del homo liber, Arrabal vive, obra, dice y escribe lo que siente y piensa sin conocer de convenciones sociales. Su creatividad libérrima, teorizada en la filosofía pánica (memoria, imaginación, liberación), le permite interpretar la realidad con una lucidez y espontaneidad personalísimas en todo lo que produce: teatro, ensayo, novela, poesía, cartas, entrevistas, cine.

Representado ininterrumpidamente en todo el mundo durante sesenta años, galardonado con multitud de premios, activo siempre en tareas creativas, a sus ochenta años cumplidos Arrabal no puede resistir la tentación de seguir escribiendo teatro. En los últimos meses ha compuesto dos dramas paralelos, Diálogo en el Kremlin (entre Stalin y Wittgenstein) y este Dalí versus Picasso, un enfrentamiento entre estos dos genios del arte universal que, en su momento, ilustraron algunos libros de poesía del joven Arrabal.

En la tensa atmósfera de este drama se recrea el encuentro de los dos genios discutiendo sus dos obras emblemáticas sobre la Guerra Civil (Premonición y Guernica) en vísperas de la inauguración de la Exposición Internacional de París de 1937, cuando España ardía ya por el odio y la metralla. En este espejismo alucinante los protagonistas se atacan y defienden, y el análisis crítico a que someten a sus respectivas obras no puede terminar sino en una apoteosis sacrificial, liberadora, catártica, arrabalesca, en la que uno de ellos oficia de sacerdote del otro. La visión que cada uno de los protagonistas tiene de la obra del otro ofrece todo un prisma de interpretaciones que Arrabal va diseccionando en un juego de máscaras fascinante. Desmitificación, alienación, ceremonia, locura, ritmo que no puede acabar sino en la inmolación de uno de ellos.

Qué facilidad la de Arrabal para desencadenar una situación, qué frescura de diálogos, qué vértigo en la acción y, sobre todo, qué intenso patetismo el de esos personajes atados a su triste destino, creadores de mundos y de personajes que no son y que se ven abocados a la última ceremonia de la confusión. ¿Qué es ser? ¿Qué no ser? ¿Quién sabe quién es? ¿No es un loco, un quijote, quien lo pretenda?

Fernando Arrabal

Fernando Arrabal (Melilla, 1932) es un autor de culto desde mucho antes de que se inventara este término. Rompedor libérrimo, inclasificable por naturaleza, solo hay uno de su especie desde que hace más de sesenta años empezara a escribir: más de cien obras de teatro, algunos libretos de ópera, varios cientos de libros de poesía, una docena de novelas, media de cartas a héroes de cómic contemporáneos, varios ensayos, algunos tratados de ajedrez e infinidad de artículos y «arrabalescos». Además ha dirigido siete largometrajes y, como cofundador del postsurrealista movimiento Pánico, es referencia ineludible del pensamiento estético de las vanguardias del último medio siglo.

A sus 80 años sigue dando pruebas de una frescura creativa inagotable, sus dramas se representan en todo el mundo, colabora en multitud de proyectos literarios o artísticos, viaja continuamente, recibe premios y galardones, y ejerce como Sátrapa que es desde 1990 del Colegio de Patafísica de París. Su última obra (de momento) es Dalí versus Picasso. Todos los ingredientes del arrabalismo de siempre (pánico, confusión, violencia, subversión, erotismo, poesía) se conjugan en este último drama de un autor que parece tan joven como en El triciclo, El arquitecto y el emperador de Asiria, El cielo y la mierda y tantas obras con las que marcó el teatro del siglo xx.

En este diálogo entre los dos grandes genios de la pintura del siglo xx, Picasso y Dalí, con quienes colaboró en varias ocasiones, cuenta Arrabal una historia terrible, desmitificadora, cruel: unos días antes de la inauguración de la Exposición Internacional de París de 1937, los dos hombres se enfrentan en un duelo tenso y devastador que clava garfios en su vida y en su obra. El golpe de teatro final reconcilia ficción y realidad, pero permanece el relato alucinatorio de un mundo en el que una y otra pueden ser lo mismo.

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4 comentarios en «Arrabal estrena (en) Oportet»

  1. ¡ ¡Mi más sincera felicitación por la edición! Asociar a Arrabal con Cervantes me parece algo obligado tras la excelente novela, algo incomprendida por la crítica, «La hija de King-Kong», que me sigue pareciendo uno de sus mejores textos. Espero que el libro se distribuya con normalidad. Lo encargaré en La Central, donde tienen el servicio de atención al cliente más profesional que conozco. Reitero mi enhorabuena.

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    • Y a su merced, señor de Mas, por el buen gusto literario que siempre usa. De «La hija de King-Kong» ha escrito Milan Kundera: «¿Cómo se las arregló [Arrabal] para que un personaje irreal e imposible, caído de la ruleta de las reglas y de los cálculos, me emocionara hasta el punto de leer sus aventuras tan absolutamente absurdas sin poder detenerme, de una sentada? La educan en un internado religioso, se hace prostituta, logra degollar a sus dos chulos, huye de América; el viejo patrón de la banda la persigue, quiere asesinarla y acaba seducido: no por su cuerpo, ni por su alma, sino por su amor a Cervantes, en quien ella piensa constantemente durante todas sus aventuras. Es Cervantes, y solo él, el dios de la novela. En el último capítulo, el patrón-asesino aparece encaramado en un asno mientras la prostituta cervantófila lleva por montura un caballo, y se alejan, uno junto a otra, bajo el entramado de las estrellas, por las praderas de América. ¡Oh Cervantes, padre nuestro, bendito sea tu nombre, quédate con nosotros, pues nos hemos quedado solos y tan solo te tenemos a ti en esta tierra, esta tierra mortalmente seria y que no nos ama».
      «Y no digo más», como también dijo don Quijote. Solo añadiré que no pida su merced «Dalí versus Picasso» a La Central, porque no lo tiene. Tampoco tuvo la presentación, porque no la quiso. Sí la «Librería Lé», que seguramente lo estimaba más. Su merced tendrá el ejemplar deseado, pero se lo serviremos nosotros directamente.

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      • El 26 de Diciembre de 1988 escribí la crítica de la obra de Arrabal para El Diari de Barcelona, «en català, com era preceptiu aleshores», y destaqué entonces la afinidad de marginados que se daba entre la narradora y Cervantes, además del excelente uso de los refranes como uso narrativo, algo de lo que reniegan nuestros contemporáneos, por incompetencia, me parece. Coincido totalmente con quienes saben, por supuesto. Y me digo yo si no sería conveniente, para dar ejemplo, que encargara el ejemplar a Lé, ¿o no lo sirven por vía postal? En cualquier caso, recibirlo será un honor.

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        • Su merced es sabio hasta para adivinar la querencia librera, y desde luego «Librería Lé» lo tiene. Pero no quisiera yo cargar a su merced con gastos de envío. ¡Lástima no haber sabido antes de su devoción por Arrabal, y le habría pedido una dedicatoria ad hoc! Todo se andará, porque, aunque acaba de cumplir 80 años y ya se ha ido a París, sigue siendo el mismo niño amable y travieso de siempre…

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